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Propiedades y usos del derrumbe

Propiedades y usos del derrumbe

La arraclán (Rhamnus frangula L., 1753), cuyo sinónimo es Frangula alnus, es una especie arbustiva o arbórea de la familia Ramnácea, de origen euroasiático. La planta encuentra su hábitat óptimo en suelos húmedos y arenosos, en bosques de tierras bajas o montañas, a lo largo de las orillas de ríos o pantanos. Cuando se desarrolla en suelos secos, toma un rodamiento más compacto. La planta puede alcanzar 2-5 m. De altura, con algunas ramas alternativas desarrolladas mayormente en los extremos. Las hojas son alternas y deciduas y con pequeñas flores recolectadas en haces axilares de 2-6, pequeñas hermafroditas (3-4 mm) y una fruta que está madura, es una pequeña drupa azul negruzca de 6-7 mm, esférica, una poco más ancho que largo.
En esta hoja veremos las propiedades y usos de arraclán, pero también las contraindicaciones para su uso y las precauciones necesarias.
De esta planta la parte más importante, por los ingredientes activos y sus usos es la corteza. Contiene antraquinonas, glicoprangulina, frangullina, ramnoxantina, ramnocerina, ácido araquínico y otras sustancias amargas; además se considera posible la presencia de una toxina: la ramnotoxina.

En los tiempos que pasaron con el carbón obtenido con el arraclán, se produjo un excelente polvo de humo, especialmente en los países de Europa del Este, mientras que en la boloñesa se utilizaron ramitas para producir pajitas para las tuberías.
La corteza seca se usa, en homeopatía, con fines laxantes para uso interno o como enjuague bucal contra úlceras bucales o estomatitis para uso externo.
El uso de corteza fresca o poco seca produce efectos secundarios como vómitos, cólicos y otros síntomas leves de intoxicación. Las bayas también contienen muchos de los principios anteriores y causan efectos secundarios similares a los dados por la corteza fresca.
El ingrediente activo más importante es la frangulina, un laxante natural presente en la corteza del espino cerval, que restaura el tono de las fibras musculares del intestino, sin irritar ni crear adicción. Por lo tanto, también es útil en caso de uso prolongado, por ejemplo, en aquellos que sufren de intestino perezoso, o en presencia de fisuras y hemorroides. Esta acción se debe a los glucósidos de antraquinona, que, al interactuar con la flora bacteriana, estimulan suavemente la peristalsis y, por lo tanto, la evacuación. Sustancias que también favorecen la reabsorción de agua, sodio y cloro por la mucosa intestinal, para permitir una mejor hidratación de las heces.
Como la mayoría de los ingredientes activos, incluso si provienen de plantas o partes de ellos, su uso debe realizarse después de una cuidadosa consulta médica. En el caso de arraclán, puede tener efectos secundarios relacionados con una sobredosis, que pueden causar diarrea y dolor abdominal. En cualquier caso, no se recomienda su uso durante un tiempo excesivamente prolongado, ya que, como con todos los laxantes, puede causar inercia intestinal.




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