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Cómo podar el almendro

Cómo podar el almendro

El almendro (Prunus dulcis (Mill.) D.A.Webb, 1967) es un árbol de la familia de las Rosáceas que se cultiva para la producción de almendras de diferentes variedades. En lo que respecta a los métodos de poda, es necesario partir de las posibles formas de reproducción que obviamente requerirán sistemas de poda en las diferentes fases vegetativas. En esta contribución, por lo tanto, veremos cómo podar el árbol de almendra en relación con los diversos estados vegetativos y las formas con las que queremos criar. Las formas más comunes de reproducción para el almendro son arbustos, jarrones y fusión libre. En la forma de florero, la planta se coloca a 80-90 cm del suelo y del tronco se dejan 3 o 4 ramas principales. Es la forma más adoptada y preferida, ya que permite tener la mejor relación entre productividad y comodidad en la recolección, corte y tratamientos con pesticidas. La primera poda es la de entrenamiento. Esto comienza con la implantación de la raíz principal a una altura de 80 o como máximo a 100 cm del suelo, donde el siguiente paso es seleccionar 3 o 4 ramas principales, que se consideran más fuertes y más rectas y se distribuyen con un ángulo plano homogéneo (90 o 120 grados).
En el año siguiente se cultivarán los brotes, que formarán las ramas principales, si se eligen 3-4 según el ángulo recto y se inclinarán 30-35 grados desde la vertical del tronco y se eliminarán las ramas debajo de estos. Las ramas que deben empalarse y dirigirse están atadas a tuberías comunes ancladas al suelo con la inclinación correcta o estacas de madera.

Después del primer año de desarrollo de estos, deberá intervenir con un corte acortando un tercio de su longitud justo por encima de una gema que mira hacia afuera.
En el segundo año de reproducción, estas ramas habrán alcanzado un cierto desarrollo y se habrán emitido brotes secundarios que ahora estarán bien desarrollados; en estos se llevará a cabo en la misma operación realizada para las ramas principales, a fin de preparar la corona para una buena expansión. Al mismo tiempo, será necesario eliminar los retoños y los retoños para no sustraer sustancias de las ramas en formación. Estas operaciones continuarán en los años siguientes para dar más vigor a la forma de reproducción elegida.
Una vez que se le da la forma a la planta, al cuarto año de vida, comenzamos la poda de producción, que se realizará durante el período de descanso vegetativo de la planta o durante el invierno. Los cortes de la poda de producción se utilizan para contener las ramas demasiado largas y para mantener la forma geométrica elegida. Los retoños que crecen cerca de las ramas serán eliminados, incluso si algunos de estos pueden dejarse en caso de daño a alguna rama primaria o secundaria.
Otro tipo de poda es la llamada renovación. La poda de renovación o rejuvenecimiento tiene el objetivo de reemplazar, en plantas de edad avanzada, las ramas improductivas que eligen las ramificaciones más cercanas y sanas que pueden dar continuidad a la corona sin desequilibrios. Esto eliminará el exceso de ramas dentro del follaje para dar acceso a la luz. Trabajamos a partir de las ramificaciones enfermas o dañadas por el clima.
Otra técnica de poda es la verde. La poda verde tiene lugar durante el verano. Se practica en plantas bien desarrolladas con la eliminación de una cuarta parte de las ramas más antiguas que han producido frutos. Este corte servirá para estimular a la planta a producir nueva vegetación.
En cada intervención, siempre es necesario no exceder los cortes de poda para no someter a la planta a la necesidad de regenerar demasiadas partes vegetativas (con emisiones de caucho) que perjudicaría la producción. Además, una poda ligera y constante cada año reducirá la alternancia de producción que está presente en esta especie.




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